Una sola cena con amigas me bastó para darme cuenta de que tenía que escribir sobre este tema. ¿Evidente? Puede. Pero aún así lo dejamos pasar. Tenemos las agendas más ocupadas que una Ministra. Tanto, que a veces olvidamos lo más importante. Nuestra revisión ginecológica.
El otro día quedamos a cenar y entre risas y contarnos nuestras vidas, resultó que todas teníamos pendiente la revisión ginecológica. ¿Cómo puede ser? Ninguna de nosotras se olvidaría de pagar a la Agencia Tributaria, o de la vacuna de cualquiera de nuestros chiquitines. Y sin embargo, vamos dejando pasar algo tan importante como nuestra propia salud.
Muchas veces por pereza, por miedo a que nos den un diagnóstico que no sea bueno, o simplemente porque establecemos otras prioridades, lo dejamos para la semana siguiente, o la otra… Y no tendríamos que dar por hecho que todo está bien, ¡porque no lo sabemos! Más aún siendo jóvenes. Si tenemos la mala suerte de tener algo negativo, se va a desarrollar mucho más deprisa.
Todos los médicos coinciden en lo mismo: un diagnóstico temprano es fundamental para curarse. Hasta el punto de que el 90% de los casos de cáncer de mama que se detectan a tiempo, son curados.
Así que el mejor regalo que puedes hacerte es ser muy rigurosa con todas las revisiones médicas, y especialmente la ginecológica.
¿Lo mejor para no olvidarse? Establecer una fecha anual para hacerse un chequeo general: el cumpleaños, después del verano, cada comienzo de año…
Este tema la verdad es que me preocupa cada vez más. Y lo peor es que sólo me encuentro estudios y reportajes con conclusiones encontradas. ¿Y cuál es mi opinión? Pues yo sólo sé que que el sistema linfático es lo que limpia mi cuerpo y me defiende ante las infecciones. Así que no me quedo tranquila usando un antitranspirante que hace que se acumulen toxinas y químicos cerca de mi pecho.
Tanto es así que me desintoxiqué de los desodorantes antitranspirantes y empecé a usar clorofila. ¡Estoy feliz!
¿Hace cuánto que no vas al ginecólogo? Si la respuesta es más de un año, ya estás tardando.
Según van pasando los años y veo situaciones a mi alrededor, estoy más convencida de que es fundamental cuidarse al máximo. Eso no significa no poder tomarse un bollo lleno de grasa de palma de vez en cuando. Sino elegir buenos alimentos en el día a día y, sobre todo, hacer mucho deporte. Ejercicios como el yoga te llenan de felicidad por dentro y te ponen cañón por fuera.
Siento si esta entrada no es lo que esperabas. Me encanta la superficialidad divertida. Pero las prioridades en la vida no pueden estar condicionadas por nada: lo primero es tu salud, para poder disfrutar de la vida. Al fin y al cabo, ¿de qué sirve estar fabulosa por fuera, si no lo estás por dentro?
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