Maternidad

Libros para madres que me ayudan a educar a mis hijos

Por todas esas veces que estás a punto de colapsar con tus hijos, hay un libro escrito por un experto en educar niños de algún rincón del mundo.
Aunque nos esforcemos en dar a nuestros hijos todo el amor e ilusión que necesitan, a las diez de la noche, cuando siguen saltando sin querer irse a dormir, nuestro espíritu zen se va a la porra y sólo nos acordamos del grito desesperado o la zapatilla voladora.
Estos son dos libros para madres y padres que me han ayudado un montón.

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Vela aromática Diptyque Mimosa, aquí

Guía para madres y padres imperfectos que entienden que sus hijos también lo son de Tania García, tapa blanda aquí

Toilet Training in Less Than a Day de Nathan Azrin, tapa blanda aquí

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Leer siempre ha sido algo presente en mi vida. Algunas temporadas más que otras: hay libros que nunca he terminado y otros que me han tenido en vela media noche. Pero tras una semana agotadora, dame una bañera, una vela aromática y un Kindle y soy feliz.

Los libros que más disfruto, sin duda, son los prácticos. Me encantan los manuales, opiniones y experiencias de gente súper experta que me ayuden a comer más sano, a organizar mi rutina de mañana o a educar a mis hijos.

Porque nadie nace sabiendo ser madre. De pronto un día te plantan un pequeño ser en los brazos y ahí te las apañes. Ni manual de instrucciones ni nada.

Desde que nació Nicolás, hace 7 años, he leído mucho. Recuerdo cuando compré una una guía sobre el desarrollo del lenguaje, porque mi niño sólo decía “ma”. No necesitaba más: le servía para llamarme a mí, para pedir más comida y también mimitos. Después de pasar la Navidad con sus dos habladoras abuelas, mi chiquitín era un lorito. Así que entendí que había cosas que iban a estar fuera de mi alcance.

Este verano he leído el libro que, de momento, más me ha ayudado:

Guía para madres y padres imperfectos que entienden que sus hijos también lo son, de Tania García

Guía para madres y padres imperfectos que entienden que sus hijos también lo son de Tania García, aquí

Este libro es práctico, por algo se llama guía, pero a la vez es profundo y emocional. Su autora, Tania García, te pide que dediques tiempo a reflexionar sobre cómo eres como madre y cómo era tu infancia, para reconocer lo que te ha hecho bien y lo que no y así poder ser mejor madre. Y después te da un montón de herramientas y pautas para ir mejorando. ¡Nunca había subrayado tanto un libro!

Divide el libro en cinco capítulos:

  1. Raíces: reflexiona sobre tu origen y la educación recibida.

Para empezar, deja bien claro cuál es la mayor necesidad del ser humano. Obviamente, necesita cuidados, alimentación, seguridad, higiene… Y amor. Amor incondicional, con independencia de que tu hijo se haya portado bien o mal. Sin rencores ni amenazas. Los niños necesitan que potenciemos la confianza en sí mismos y les demos caricias y besos.

Según van creciendo, los niños se van convirtiendo en personas independientes con sus propios intereses. Una madre tiene que aceptar esta pérdida de control, su hijo no es un muñeco de los Sims y su comportamiento es el propio de su edad. El “no, porque yo lo digo” va a invalidar su capacidad de imponer su criterio cuando sean más mayores. ¿Cómo van a decir que no ante sus amigos si no han practicado el debate y la negociación en casa, con sus padres?

2. Tallo. Aprende a comunicarte con tus hijos de manera óptima.

Me encanta esta frase que recoge: Cómo hablas a tu hijo va a convertirse en su voz interior. Las palabras que compartes con ellos y cómo se las dices se quedan por siempre en su cabeza y su corazón. Por tanto has de hablarles de manera respetuosa y sin juzgarles, asumiendo que no son tú ni una versión de ti. Evitar la ironía, el chantaje o los gritos y asumir que también cometemos errores y no tener miedo de pedir perdón a nuestros hijos cuando hayamos hecho algo mal.

3. Ramas. Incorpora a tu hogar unos límites adecuados.

Tania García es bastante radical en cuanto a los castigos, los premios, las amenazas… Afirma que educan a partir de la autoridad y el miedo. Es verdad que estoy bastante de acuerdo a todo su razonamiento, pero para mí es lo más difícil, y tampoco sé si estoy de acuerdo en erradicarlo totalmente. Cuando mis hijos dedican un esfuerzo extra en algo, me gusta recompensarles. Así funciona la vida, ¿no? ¿Acaso cuando uno trabaja más no le promocionan o le suben el sueldo? Lo mismo cuando se portan especialmente mal. En ese momento, no voy a dejarles jugar a la consola, que es su mayor ilusión. Tendrán que conformarse con sus juguetes normales.

En el libro se explica paso a paso cómo establecer unos límites correctos.

4. Hojas. Entiende y controla tus emociones para mejorar la relación con tus hijos.

Pues sí. Es nuestra la misión de entender a nuestros hijos, la situación en la que se encuentran dependiendo de la edad que tengan. De acompañarles y guiarles. Seguramente un niño con problemas los tiene porque sus padres también. Quizá no le han ayudado a gestionar sus emociones, a desarrollar su independencia o no ha recibido el amor y cariño que necesitaba. En lugar de pensar que nuestro hijo es malo o rabioso, hay que preguntarse: ¿qué se me está escapando? ¿qué necesita emocionalmente que no le estoy dando?

5. Copa. Vive en armonía con tu entorno y con las opiniones de los demás.

Me encanta que también que Tania García trate el tema de cómo reaccionar cuando alguien (familia, amigos o una señora random en el centro comercial) critica cómo educas a tus hijos. Y es que la gente es muuuuy pesada cuando tienes un hijo.

Todo el mundo tiene que dar su opinión: que si el niño va poco abrigado, está haciendo algo peligroso o incluso si está malcriado. Su madre soy yo, si considero que le tengo que corregir, ya lo haré yo. Nadie te ha pedido tu opinión. Gracias.

Leyendo este libro, me di cuenta de muchísimos aspectos que podía mejorar con mis hijos, especialmente con Nicolás, que a menudo me desafiaba y montaba unos shows que, a pesar de mis esfuerzos, yo no sabía cambiar ni gestionar. Y me puse manos a la obra.

Poco a poco, intento ir implementando algunas de las prácticas que recomienda. Obviamente, cuando estoy relajada, me han dejado dormir bien y no tengo problemas, me resulta muy fácil. Pero no tengo ninguna duda de que con el tiempo, me saldrá de forma automática.

  • Todos los días dedico un tiempo a mejorar su confianza en sí mismos. Obviamente siempre he pasado mucho tiempo con mis hijos, les doy cariño y juego con ellos. Pero desde que leí este libro, he cambiado un poco el discurso. Ahora les miro a los ojos, les digo que son una persona especial, que me hacen muy feliz, que me encanta tal o cual aspecto de su personalidad y que creo en ellos. Los niños que tienen confianza en sí mismos es porque les han enseñado que su opinión es valiosa y su voz importante. Nosotras, como madres, tenemos que ser sus máximas animadoras.
  • Intento eliminar las etiquetas. No son guapos, ordenados o dormilones. Quiero hacerles sentir que les quiero por cómo son y que lo voy a hacer siempre, señalando las cosas en las que destacan, como lo feliz que me hace verles contentos jugando al baloncesto, o cualquiera que sea su hobby.
  • Me di cuenta de la cantidad de noes y de correcciones que les decía. Así que me he obligado a sólo ponerles límites cuando hagan algo peligroso o falten al respeto.
  • A meterles menos prisa. Con el día a día vamos como motos y pretendemos que nuestros niños desayunen rápido, se vistan aún más rápido y estén como soldaditos esperándonos en la puerta. Vamos, vamos, que llegamos tarde al cole.
  • No regañarles cuando se enfadan o se portan mal. Primero les abrazo, les calmo y les dejo relajarse. Sólo cuando ya están tranquilos, es el momento de explicarles con cariño y respeto lo que han hecho mal, y si tiene alguna consecuencia. Reconozco que me cuesta no saltar, sobre todo cuando la han liado… Y, ¿a quién no?
  • Pregunto su opinión y negociamos: qué hacemos para comer, si prefieren ir al parque o a la pisci…

Desde que he puesto esto en práctica, mis niños han dado un gran cambio, especialmente mi hijo. Son mucho más obedientes cuando les pido algo, están más tranquilos y, sobre todo, noto que están más felices. ¡Os lo recomiendo a tope!

Toilet Training in Less Than a Day, de Nathan Azrin y Richard Foxx

Toilet Training in Less Than a Day de Nathan Azrin, tapa blanda aquí

¿Dejar el pañal en menos de un día? ¿Qué me estás contado? ¡Este libro es genial! Y muy efectivo. Mi hija se quitó el pañal a los 2 años en menos de un día. Tal cual. No me extraña que lleve más de 2 millones de copias vendidas.

Con mi hijo mayor pasé un calvario con este tema. Mientras que los hijos de mis amigas practicaban en sus guardes, en la mía no. Y nos tiramos un año enseñándole, pero el tío me decía que en el orinal me sentase yo, que él estaba encantado con el pañal y los mimitos de mamá en el cambiador. Todos estos cuentos infantiles de Pepito ya no usa pañal a mí no me sirvieron para nada… Ni con los sobornos más especiales lo conseguíamos.

Así que cuando le tocó a mi segunda hija decidí que iba a buscar el mejor método. Y estos dos psicólogos han creado un método brutal. Fácil. Efectivo. Sólo necesitas 1 día que no vayas a salir de casa, un muñeco bebé que tenga biberón y haga pipí y diferentes chuches y bebidas que le gusten.

El día D te encierras con tu hijo en la cocina, terraza, o donde sea pero sin distracciones: tu hijo y tu tenéis que dedicar toda vuestra atención, canciones y comentarios a la operación pañal.

A partir de ahí, vas a enseñarle sin parar cómo hace pipí el muñeco, paso a paso, desde darle el biberón, quitarle los pantalones y sentarle en el orinal. Sí, seguramente te parezca para volverse loco estar unas horas así pero… ¡Funciona súper bien! Hay que intentar evitar que el bebé esté hasta las narices, con mimitos y canciones, pero de verdad que merece la pena porque de esta manera tan visual, repitiéndolo mil veces, lo pillan enseguida y lo van a intentar hacer solitos.

El pañal de la noche ya es otra historia. Hasta los 4 años es completamente normal que sigan necesitando unos pull-ups.

Lo siento, este libro lo leí en inglés y no lo encuentro traducido, pero es fácil de leer, porque el vocabulario no es muy complicado.

¿Me recomendáis algún libro para ser mejores madres? Un besito 💋

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Srta Palo

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